Luce unas uñas perfectas y sin esmalte

Hay quién no puede pasar ni un día con las uñas sin pintar, ya sea con cualquier esmalte o con una simple capa de brillo, pero llevarlas siempre pintadas no es lo más recomendable por la cantidad de químicos que estamos poniendo sobre ellas. Nuestras uñas sufren cuando las cubrimos con una laca y, por mucha base protectora que pongamos antes del color, no suele ser suficiente. Que estén quebradizas, amarillas, descamadas o rugosas son algunos de los problemas que podemos tener.

¿Cómo solucionamos estos problemas? Lo mejor que podemos hacer es dejar descansar nuestras uñas una temporada, dejándolas sin pintar y sin aplicarles nada encima. Lo primero que hay que tener en cuenta para este ‘descanso’ del pintauñas es que una limpieza a fondo es necesaria para eliminar cualquier tipo de resto que quede de manicuras anteriores. Así que el primer paso es eliminar cualquier producto con quitaesmalte, mejor si es sin acetona.

Después, pon tus uñas a remojo en un cuenco durante un rato. Un baño en aceite tibio, que puede ser de almendras o argán, o en agua templada con un producto específico para su cuidado, es necesario al menos dos veces al mes para que recuperen su hidratación y finalice el proceso de limpieza.

El paso siguiente es darles forma con una lima (siempre de cartón y limando hacia el mismo lado) y, una vez que tienen la silueta que queremos, llega el momento de ponernos manos a la obra para conseguir que tengan un aspecto sano sin necesidad de pintarlas. Con un pulidor, que puede ser manual o eléctrico, debemos retirar las capas superiores que estén estropeadas de nuestras uñas para eliminar todas las imperfecciones que puedan tener.

El último paso (y quizá el más importante) es la hidratación. Hazlo a conciencia con crema de manos o, si no tienes ninguna, un producto hidratante facial. Repitiendo este último paso todos los días, conseguirás que tus uñas mantengan el brillo natural durante más tiempo y tengan un aspecto sano.