EL PODER DE LA SAVIA DE LAS ALGAS DE LE SOIN NOIR, 2ª GENERACIÓN, DE GIVENCHY

¿El color negro para una crema de tratamiento anti-edad global? Cuando la firma GIVENCHY lanzó en 2008 LE SOIN NOIR, se convirtió muy rápidamente en una referencia dentro de la alta gama cosmética y un éxito en ventas por su gran eficacia.

Seis años después, sus laboratorios reformulan el tratamiento con una fusión de otro activo procedentes de algas milenarias, denominado SAVIA DORADA, en una ESENCIA DE ALGAS ÚNICAS que actúa sobre todos los signos de la edad y preserva la reserva de CÉLULAS MADRE, situada en la capa basal. Este proceso es fundamental para garantizar la renovación de la epidermis. Su color negro se debe a que no se manipula el color original de la SAVIA de las algas de su composición, fruto de los más de 10 años de investigaciones.

LA SAVIA NEGRA Y LA SAVIA DORADA La SAVIA NEGRA está presente en la formulación original y activo estrella de LE SOIN NOIR por su gran capacidad para restaurar la comunicación intercelular, uno de los procesos más importantes de los que se producen en el interior de la piel y del que depende que se inicien y coordinen otros procesos como el de estructuración, el de reparación y el de defensa. Cuando estos procesos funcionan correctamente, la piel conserva su capacidad natural de preservar su juventud.

La SAVIA NEGRA también estimula la síntesis de los colágenos I y III, lo que favorece los procesos de regeneración desde el interior y optimizar el sostén de los tejidos, lo que hace que se produzca un efecto reafirmante visible. Las arrugas se alisan y la piel se vuelve más flexible e hidratada.

Pero en estos 10 años que preceden al lanzamiento, los Laboratorios Givenchy exploraron los fondos marinos hasta identificar un alga de color cobrizo proveniente de la familia de las LAMINARIACEAE, que denominaron SAVIA DORADA y que seleccionaron al comprobar sus grandes propiedades regeneradoras y constataron que era el complemento ideal de la SAVIA NEGRA. La SAVIA DORADA actúa en todos los niveles de la piel con el objetivo de frenar los signos de envejecimiento.

En el corazón de la dermis, ayudando a los fibroblastos a recuperar las características morfológicas de las células jóvenes y a recuperar toda su funcionalidad. De esta forma, evita la formación de arrugas y relanza la firmeza de la piel. Estimula la respiración celular y mitocondrial para oxigenar y redinamizar las células. Y por último, estimula los queratinocitos de la epidermis para facilitar la renovación celular y perfeccionar la textura de la piel.