1. Demasiado cardio al mismo ritmo
Hacer todo el rato la misma actividad (correr, nadar, spinning…) al mismo nivel de intensidad no te ayudará a sacar el máximo partido a tu rutina de entrenamiento. Trata de intercalar movimientos de esfuerzo/intensidad, durante un par de minutos.
2. No levantar peso
Muchas nos negamos por el temor a acabar demasiado "fuertes". Si no te atreves con las pesas, prueba con Pilates. Hacer ejercicios de fuerza te ayuda a fortalecer los músculos y a quemar más calorías.
3. Correr con el estómago vacío
No tiene sentido correr sin una fuente de energía, aunque lo hagas a primera hora del día. Aunque no tengas hambre, toma una pieza de fruta o unas almendras.
4. Correr sin haber bebido agua
Te fatigarás antes y someterás al cuerpo a un nivel mayor de estrés por falta de hidratación.
5. No hacer los movimientos adecuados
¿A cuántas personas has visto correr y te has preguntado quién les enseñó a hacerlo así? Cualquier actividad física tiene su técnica y es mejor conocerla antes de lanzarse a la carrera. Realizando ejercicios de manera inadecuada sólo conseguirás lesionarte.
6. Saltarse los estiramientos
Si vas a hacer el esfuerzo de entrenar, hazlo hasta el final. El final es la sesión de estiramiento. Tómate unos minutos antes y después para prevenir lesiones y recuperar los músculos.
7. Obsesionarse con los abdominales
No son la clave para un vientre plano. Te lo explicamos aquí.
8. No cambiar de ejercicio
No puedes pretender pasar el resto de tu vida acudiendo a la misma sesión de body balance. TU cuerpo evoluciona y con él debería evolucionar la actividad o la intensidad con que la practicas.
9. No utilizar los complementos adecuados
De las zapatillas a las pesas, pasando por las colchonetas y rodillos; no contar con el material adecuado puede acabar en lesiones innecesarias.
10. Considerar que tendrás la forma física de un ángel de Victoria’s Secret de la noche a la mañana
Todo en la vida requiere su tiempo.
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