Limpieza facial

Es un procedimiento de limpieza profunda comúnmente utilizado para el rejuvenecimiento de la piel. Puede ser realizado tanto en hombres como mujeres.

Es una solución muy utilizada dentro de las técnicas antienvejecimiento porque permite la extracción de puntos negros, eliminación de impurezas, exfoliación de la piel retirando células muertas y su renovación con una gran dosis de hidratación.

Aunque su técnica no es tan avanzada como la de otros procedimientos disponibles, tiene gran acogida debido a que es asequible para casi cualquier persona de todas las edades.

Durante el procedimiento se realizan movimientos rítmicos basados en el tacto con los dedos y con ayuda de maquinaria especializada. Estos reactivan la circulación sanguínea y linfática, lo cual desintoxica, oxigena y descongestiona la piel. Los beneficios son prácticamente inmediatos pues la piel del rostro queda limpia e hidratada. Además, recupera su tono, brillo y aspecto natural.

Es recomendable tomar el facial al menos tres veces al año. Algunos dermatólogos recomiendan hacerlo incluso cada dos meses. No obstante, no es una regla general porque depende en gran medida del tipo de piel de la persona y de los cuidados que realiza diariamente.

Las pieles grasas usualmente necesitan limpiar impurezas con mayor frecuencia que las pieles secas. Si son grasas en extremo incluso cada mes. De igual forma, una piel que se consiente con los cuidados básicos diariamente, es decir, que se limpia, tonifica e hidrata dos veces al día, necesita la limpieza con menos frecuencia

Por lo tanto, es posible que una persona con piel grasa que se limpia correcta y diariamente su cutis, requiera menos limpiezas profesionales que una persona con piel seca que no lo hace.